lunes, marzo 26, 2007

mhmmmm cerveza


Up for a beer, es una excelente invitación, nunca he dejado de negarme a una cerveza helada. Creo que es la forma más acertada de moverme a algo entretenido, un punto de partida maravilloso.
Desde luego que los puntos de partida iniciados por una cerveza te pueden llevar a cualquier parte, a destinos alcohólicos que no siempre son los esperados.
El viejo adagio dicta que con una cerveza y un poco de fe todo en este mundo es posible, una suerte de alivio refrescante de las tormentas de la vida, un descanso del calor intenso de la propia intensidad humana, la gota que efervece el ánimo, que mata la sequedad del desierto interno inerte. La compañía perfecta para la soledad.
Up for a beer, la tecla correcta, como muchas otras teclas correctas tocadas en armonía y velocidad, tocatas ágiles de pianos efímeros, volátiles. Una suerte… bébase sin moderación es la tónica de este elixir maravilloso, deja solo pequeños rastros en el baño y en el alma. La llave a la risa, al descanso y la paz.
Me encantan las burbujas en la boca, el jugueteo infantil de sus estallidos en la lengua y el bajar suave y excitante por la garganta. Además es caprichosa, hay que cuidar su temperatura y aprovecharla rápidamente cuando está abierta, sino comienza a perder su frescura embriagadora, su fascinante primera vez…
Up for a beer, alucinante, mágico y misterioso… No sé si me gusta la piscola… No es lo mismo…