martes, octubre 31, 2006

Felice felatio


Sé que el trabajo despiadado al que me he sometido en este último tiempo, no ha permitido una comunicación fiel (jajaja... extraña palabra) con la gente que seguía mis consejos ocultos tras la metáfora de mis escritos.

El ritmo de la vida acude sin curvas, en bajada y sin frenos. Y así cuando la corrupta erosión del camino y las piezas del carro fallen, ni el emperador Julio podrá detenerlo.

Bue... ¿tanta paja para qué mierda? ¿tanta retórica que pretende?

Y la respuesta es muy simple, justificada y por supuesto, aclaratoria (aunque quién aclara oscurece). Solo busca humildemente contar una chupadita y tender sobre la mesa, la cama o el piso, la mitología felática que es transversal a todos nosotros incluido el perro que se lame el orto.

Hace un par de días y en un breve encuentro de tipo amatorio, vi una favorable disyuntiva a mis apetitos. Yo extenuado del trabajo de varias semanas y sin mucho ánimo de recurrir a esfuerzos para la llamada "previa sexual", veía con pavor que mi estado cansado y poco creativo, podía generar en un desastre con la preciosura que amablemente me invitó a su lecho (todavía hay algunas que "humildemente" lo siguen mirando con hambre a uno)

Busqué en mi interior alguna luz qué me indicara que podía ayudar en este momento, y solo llegué a la conclusión que una rica chupadita...

¡¡¡Punto aparte!!!

Por favor vamos a llegar al primer acuerdo reglamentario, a la chupada se le llamara en esta carta abierta, chupada. Así, sin rollos y por su denominación mas utilizada. Jamás se utilizarán nombres como: El besito, peinada de alfombra, trapeada de cocina, la francesa, contar billetes, corneteada, sorbeteada al caldillo, ósculo oscuro, chupete helao, etc. Por considerarlas ordinarias y muy fuera de lugar al referirse a contactos de lugares íntimos y delicados como labios, lenguas y gargantas, con sus pares sexuales como penes, vaginas y anos.

continuación

...sería la solución perfecta para la elevación y aumento de mi ya disminuida potencia.

Que delicado equilibrio precario implica este acto, que brutal sutileza conlleva esta sensible acción hacía el bien amado (o buen amante), que responsabilidad mas responsable es ponerse en los labios de otro. Dejémonos de libertinajes y seamos obtusamente precisos en este punto. No es posible que se dejen lamer a tontas y a locas.

Propongo ciertos parámetros, a los cuales están invitados a aportar con altura de miras y paladar delicado:

Sobre la higiene; asegúrese de lavarse las manos, como los dientes y demás zonas destinadas al intercambio de fluidos. Esta regla es eterna a todos los occidentales desde la mas tierna infancia. No deberá jugar jamás con el alimento, recuerde que hay gente que no tiene que comer. UÑITAS CORTAS Y LIMPIAS!!!!!! POR FAVOR.

Sobre el golpe de vista; no prejuzgue, las sorpresas está a la vuelta de la esquina, lo que en reposo se presenta como un indigno adefesio, puede ser el príncipe tras la rana. O por otro lado respete en silencio, evitando exclamaciones de burla, si lo que la tiene bizca no le apetece. Si no cumple sus expectativas reclame a http://www.loteniadiminutogalla!!!!!.cl/

Sobre la Cata; y con esto no me refiero a las Catalinas (ni siquiera a una adicta a este deporte como la de lo Rios y Lisperguer) si no a la degustación palativa y aromática del instrumento en cuestión. Debe hacerse en las condiciones ambientales y temporales adecuadas. Como el vino, se distinguen las diferencias dependiendo el año de elaboración (a mayor edad, aplique mas tiempo al calor constante si no se le puede avinagrar) y como el mismo, solo un experto puede notar las sutiles diferencia entre un elixir y otro. El dragón es la técnica suprema por antonomacia.

Sobre el finish; de el golpe de gracia como si se tratara de la entrega de las joyas a la corona. La mirada de sumisión en al final es el deseo supremo de quien recibe, la inocente mirada infantil como queriendo decir "gracias por la oportunidad de darte placer..." es lo más hermoso que uno puede mirar entre las piernas. Termine, no se quede en la previa, termine lo que empezó de una vez por todas y las recompensas que le esperan serán infinitas.

Debo agradecer infinitamente, la soberbia maestral delicadeza con que la bellísima dama en cuestión, ejecutó el acto de chupar. No alcanzan los elogios, ni las alabanzas, ni los alaridos de júbilo, para elevar al cielo su épico regalo. Aunque me deshaga en halagos, en dotes y bondades, no tocaré ni los talones de su gesta. Gracias, gracias, mis más humildes... gracias.

Debo decir que pague con la misma moneda y que lo agradeció con una cuota alta de efusividad, despertaron los vecinos queriendo llamar a los pacos. Espero que vosotros también tengáis la suerte que nosotros nos hemos brindado.

Se los deseo con todo el sabor del mundo y con la sonrisa amplia.

Salú y hasta pronto.