martes, septiembre 20, 2005

Quiero pasar nueve noches contigo


Si... la verdad ante todo, al menos tres belleza indomables me han partido el corazón y lo he disfrutado con todo mi llanto.
Dichas mis descargas puedo encomendarme a la taréa de perseguir el mito mas buscado por el hombre desde Zéus, esa bendita mujer que tenga la delicadeza, la paciencia y la meastría para abocarse a los placeres carnales con este servidor por la novedosa cifra de nueve noches seguidas.

Así es señoritas o señoras (Nada es para siempre), lean mis lineas y siéntanse parte de la invitación.

Cuenta el mito que el ganoso Dios de los griegos, luego de haber desposado a cuatro mujeres, se encargo de desvirgar sin tapujos por nueve noches erguidas (a si debe haber sido) a la diosa Mnemosine reina de la memoria, extraña cifra si logro entender que el cuerpo femenino goza solo de 7 orificios.

De esta desenfrenada odisea nacieron en parto múltiple, de una sola vez (no en cuotas como las entregan las mortales) "Las musas", metáforas de lo que el hombre busca para su plenitud con una mujer, para descansar de la heridas y encontrar la paz tan anhelada. La salvación redentora, la satisfacción de la pareja ideal, esa que buscamos a tropezones y violaciones de cuerpos que no logran parir las delicias que paso a describir:


  1. Calíope, la de bella voz: Es la musa de la poesía épica, aquella que no habla para contar sus hazañas, ni cobra sentimientos si no las recordamos, aquella que no grita sus triunfos para enrostrarte tus fracasos, ni levanta la voz para hacerse escuchar, solo basta la firmeza de su palabra o su lengua para caer rendido ante sus encantos.
  2. Clío, la que ofrece gloria: Es la musa de la Historia, la que recuerda esos pequeños detalles, como la vez que deslizaste tu mano con sutileza hasta donde termina su espalda, a plena luz del día, frente a un mar de gente, que salto al sentir el calor del apretón, y que solo ella se percató de tu acto rebelde y rockero. Esa mujer que recuerda esas cosas que la hicieron sentirse mujer, hermosa y deseada. El papel se quema con una chispa, las marcas en la piel duran para siempre, se hacen historia. Esta mujer es quién nos resguardará del olvido de la formalidad.
  3. Érato, la amable: La musa de la poesía amorosa, esa que eliminó la mordacidad y puso en cero el switch de la ironía, la que dice las cosas como son pero con dulzura, sin tratar de remecer la fibra íntima con violencia sino mas bien con música. La que cambia el vocablo "Wueón" por "Tontito" y se asegura una cara idem para el resto del día.
  4. Melpómene, la melodiosa: La musa de la tragedia, la mujer que llora, la que busca y hace florecer el hombro fuerte en el compañero que tiene en su costado: Esta es extremadamente importante, que hombre no quiere sentirse necesitado, solucionador de problemas, castillo inexpugnable, árbol de gruesas ramas. Esa es la que escucha entre sollozos la frase que todos queremos decirle a la mujer amada "Mi amor yo estoy aquí, todo va a estar bien". Y cerrando los ojos enjutos dormira abrazada a su príncipe azul.
  5. Euterpe, la muy placentera: Musa relacionada con tocar la flauta , sin comentarios.
  6. Thalía, la festiva: La musa de la comedia, esa mujer que ríe, que se toma las cosas a la ligera, que gusta de avergonzarte, pero no apabullarte. La que te sonroja cada vez que la miras hacer alguna locura ajena a su género. La que se comporta no como la señorita sino como le amigo íntimo. Se tira pedos, eructos, juega futbol, maneja mejor que tú y se ensucia mas de la cuenta, un poco desordenada, relajada y por consiguiente extremadamente deseable.
  7. Polimnia, la de muchos himnos: Se le atribuye el arte de la mímica. Esta nos miente. ¿Horroroso? para nada, que importante es que nuestra mujer mienta, no hay nada más utíl para mejorar las artes amatoria de un hombre que escuchar entre sábanas unos dulces: "Nunca nadie me hace sentir como tú", "Me haces cosas tan lindas", "Soy toda tuya". El maestro (Joaquín Sabina) posee una canción llamada "Mentiras piadosas", dedicada a una mujer, también es efectiva para nosotros.
  8. Uranía, la celestial: Es la musa de la astronomía, aquella que no solo acepta nuestros sueños, esos que hasta para nosotros son difíciles o imposibles de conseguir, sino que además los comparte. Napoleón solo pudo llegar a ser emperador con Josefina a su lado, ella fué su impulso y su apoyo, aunque después la despreció por una mujer de mas alcurnia, el petiso sin ella no era nada.
  9. Terpsícore, la que deleita con la danza: La musa de la poesía ligera, de preferencia ligera de ropas, la que nos vuelve locos, esa que calienta hasta una pata de pingüino en día de viento sur, la yegua (en el mejor sentido de la palabra), esa guarra indomable, insaciable, hembra hambrienta. La que quiere látigo y caricia, ojalá pechugoncita (esto es solo capricho personal) y generosa. Que sude, tirite, grite, muerda y razguñe.

Hecha la explicación, puedo decir que para este soltero que cree en la magía y las predicciones del oráculo, si alguna acepta la invitación, me tomo vacaciones de inmedianto e ingiero vitaminas sin descaro para completar la tarea impuesta.

Esto, claro esta, asumiendo que aún anda dando vueltas por ahí, la cuarta y fatídica mujer que falta por partirme el corazón.

2 Comments:

Blogger Unknown said...

La verdad que de todos los post que he leído en diversos blogs que andan dando vueltas este me ha facinado.

Me siento con un poquito de cada una de esas musas, o bien a eso quiero llegar. Entre todas forman una mujer dialéctica, que conciente y exige. Así como todas. Tan extrañas que somos.

9:41 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

que tiene que tener una mujer, para partirle EN REALIDAD, el corazón a un hombre? Por favor contesteme esa pregunta!! (es algo que siempre he querido saber)

LA OTRA-Rose.

7:34 p. m.  

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